GÉNERO

Desafíos y triunfos: el feminismo latinoamericano en la última década

Durante los últimos diez años, el feminismo latinoamericano ha sido una fuerza vital en la región, marcando dos hitos importantes: la lucha contra los femicidios bajo el lema “Ni Una Menos” y el Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans, celebrado por primera vez en marzo de 2017. A pesar de los desafíos políticos, con el ascenso de gobiernos conservadores, los feminismos continúan impulsando una agenda dinámica con resultados concretos.

El crecimiento político del movimiento feminista en América Latina es innegable. La amplitud de sus luchas, su capacidad para unirse con otros movimientos de diversidad y la fuerza de sus manifestaciones y demandas han sido notables. Aunque el movimiento ha experimentado un renacimiento más prominente en algunos países que en otros, el feminismo se ha convertido en un actor político regional destacado, con luchas transnacionales y diversas articulaciones.

El impulso inicial del movimiento, centrado en la lucha contra la violencia de género y la ampliación de los derechos sexuales y reproductivos, ha dado lugar a cambios significativos. Ahora, temas como el aborto y los derechos de las mujeres se discuten en la esfera pública, trascendiendo los movimientos feministas para convertirse en debates públicos más amplios.

Sin embargo, a pesar de los avances feministas, la situación actual presenta desafíos. Los gobiernos de derecha en América Latina han desatado una reacción conservadora, buscando desmantelar los logros del movimiento feminista. La negación de la violencia de género, la brecha salarial y la despenalización del aborto, junto con la eliminación de ministerios dedicados a los derechos de las mujeres, son algunos ejemplos de esta reacción.

Los nuevos gobiernos de derecha, como los de Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina, han optado por una “batalla cultural” contra los movimientos feministas y de diversidad. Esto se manifiesta en la eliminación de la perspectiva de género de las currículas educativas, la prohibición del lenguaje inclusivo y la reducción de ministerios dedicados a los derechos de las mujeres.

A pesar de estas adversidades, el feminismo ha logrado avances significativos en la última década. El movimiento “Ni Una Menos”, nacido en Argentina, se expandió por toda la región, exigiendo políticas concretas para prevenir los femicidios y proteger a las víctimas de violencia de género. Del mismo modo, el Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans ha marcado un nuevo hito, reuniendo a mujeres de toda América Latina en la lucha por la igualdad de género y los derechos reproductivos.

Estos movimientos han llevado a la promulgación de leyes que tipifican el feminicidio como delito, protegen a las víctimas de violencia de género y garantizan el acceso al aborto legal, seguro y gratuito en varios países de la región. Sin embargo, la lucha por estos derechos continúa, especialmente en países donde el aborto sigue siendo ilegal o restringido.

La reacción conservadora ha puesto a prueba al movimiento feminista, pero también ha demostrado su poder y su capacidad para generar cambios. En tiempos oscuros, es importante valorar las conquistas del feminismo latinoamericano y continuar luchando por la igualdad y la justicia en la región. Solo así se podrán enfrentar los desafíos actuales y construir un futuro más igualitario para todas las mujeres de América Latina.

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