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El impacto de internet en los ingresos familiares: recorte en compras esenciales ante crecientes costos

En medio de una profunda recesión económica que golpea duramente a las actividades productivas, el desempleo se incrementa y la caída en los ingresos se profundiza, el ajuste en los hogares argentinos se hace más frecuente.

En los últimos seis meses, el gasto en servicios de internet ha escalado hasta representar el 4% de un ingreso promedio, un punto porcentual más que a finales del 2023 y el doble del estándar global. Esta carga adicional se suma a un panorama donde los servicios públicos básicos como electricidad, gas, agua y transporte han visto aumentos drásticos, consumiendo ahora el 16% del salario promedio según datos del IIEP-CONICET, con un incremento del 365% en solo seis meses.

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La crisis económica ha llevado a que muchas familias deban recortar estos gastos esenciales para equilibrar sus presupuestos, mientras el gobierno avanza en la desregulación completa de precios de servicios como el internet, que se espera vuelvan a subir este mes. Según un relevamiento de la Cámara que agrupa a empresas del sector, el costo promedio del servicio de internet fijo supera los $20,000, exacerbando las dificultades financieras de los hogares.

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La situación se agrava con un mercado laboral donde la informalidad afecta a la mitad de los trabajadores activos, y la reforma laboral recientemente aprobada podría ampliar aún más esta brecha. Esta realidad ha exacerbado la desigualdad social, donde los ingresos del decil más alto son 15 veces superiores a los del decil más bajo, dejando a la mayoría de las familias luchando por cubrir los costos básicos de vida.

En este contexto, el aumento en los gastos de servicios ha llevado a que siete de cada diez hogares reduzcan sus conexiones de internet y televisión, buscando medidas para mitigar el impacto económico. Con más del 88% de los hogares con acceso a internet fijo a nivel nacional, las estrategias para reducir costos incluyen desde negociaciones con proveedores hasta el cambio a servicios más económicos.

Las expectativas de mejora son escasas, especialmente con la reciente desregulación que permite a las empresas fijar libremente sus precios, anticipando nuevos aumentos que continuarán presionando los presupuestos familiares. Esta medida, junto con otras políticas de desregulación, se implementa en un contexto de concentración empresarial, lo que podría limitar aún más el acceso equitativo a servicios esenciales y la conectividad digital en el país.

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