Marcha universitaria el 2 de octubre contra el veto de Javier Milei
El Ejecutivo busca calmar las tensiones con una oferta salarial que los gremios consideran insuficiente, mientras se avecina una nueva movilización en rechazo al recorte.
El Gobierno se enfrenta a un escenario complejo con una nueva marcha universitaria convocada para la próxima semana. La protesta surge como respuesta al veto del Ejecutivo a la ley de financiamiento universitario, un tema que ha generado un fuerte descontento entre los gremios y la comunidad académica.
En medio de la creciente preocupación por el reciente índice de pobreza que ha alcanzado el 52,9%, la administración de Javier Milei se encuentra bajo presión. La marcha del sector universitario promete ser una prueba clave para el Gobierno, que ya lidió con una protesta masiva en abril pasado, luego de que se anunciaran recortes presupuestarios a las universidades. En esa ocasión, la popularidad del presidente era significativamente mayor, pero tras casi un año de gestión y múltiples ajustes, la situación ha cambiado.
Ofrecimiento salarial insuficiente
En un intento por desactivar la movilización, el Ministerio de Educación ofreció un aumento salarial del 6,8% para los trabajadores universitarios, con la promesa de mantener abierta la negociación paritaria. Sin embargo, los gremios consideraron la oferta insuficiente y decidieron continuar con la protesta programada para el 2 de octubre. El clima de crispación marcó la reunión entre los funcionarios y los representantes de los docentes, lo que intensificó la decisión de movilizarse.
El veto a la ley de financiamiento, que inicialmente provocó esta situación, aún no ha sido formalmente publicado en el Boletín Oficial. La Casa Rosada dejó entrever que podría retrasar la publicación hasta después de la marcha, en un intento de suavizar las tensiones. Sin embargo, este gesto no ha logrado calmar los ánimos, y la movilización sigue en pie.
Impacto del recorte en las universidades
Las consecuencias del recorte presupuestario ya son visibles en las universidades del país. En el Hospital de Clínicas, de los 20 quirófanos, solo 6 están en funcionamiento debido a la falta de recursos. La situación es similar en otras áreas críticas, como la falta de reactivos en laboratorios, lo que ha generado preocupación entre las autoridades universitarias. Profesores y personal académico han comenzado a abandonar sus cargos debido a los bajos salarios, que en algunos casos no superan los 800 mil pesos.
Tensiones internas en el Gobierno
Dentro del Gobierno, las tensiones no solo se limitan al ámbito educativo. Las divisiones entre los principales asesores del presidente y algunos funcionarios clave han complicado la gestión del conflicto. Mientras algunos apuestan por una postura más conciliadora, otros mantienen una línea dura en relación con las demandas del sector universitario. Estas diferencias han retrasado la toma de decisiones, lo que ha aumentado la incertidumbre sobre el manejo del veto.
La marcha universitaria de la próxima semana representa un desafío importante para la administración de Milei, en un contexto donde la creciente pobreza y el descontento social agravan aún más el panorama político. El Gobierno deberá encontrar una salida antes de que la movilización se convierta en un símbolo de la frustración generalizada en el país.
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