La Emilia celebra hoy su 132º Aniversario
En esta fecha significativa, recordamos el 132º aniversario de La Emilia, un hito que data del 2 de octubre de 1892, cuando se iniciaron las operaciones de un establecimiento textil que cambió el rumbo de la localidad. Bajo la conducción de los hermanos Leodegario y Quintín Córdova, se implementaron maquinarias, aunque primitivas, que marcaban el inicio de una nueva era para la economía de la región.
La historia de La Emilia comienza en un sitio lleno de pasado, donde se levantaron las instalaciones sobre las ruinas de un antiguo molino harinero perteneciente a Bartolomé Sívori, junto al Arroyo del Medio. Los hermanos Córdova, inmigrantes españoles de Arrecifes, unieron fuerzas con la esposa de Leodegario, Emilia Benito, para aventurarse en la producción textil. Este cambio no solo representó una nueva oportunidad para ellos, sino que también fue fundamental para el desarrollo económico de la zona.
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La fábrica se especializó en la producción de mantas, boinas y sombreros, convirtiéndose en un referente local. Con el aumento de la producción, la necesidad de más empleados llevó a la familia Córdova a construir viviendas para los obreros, evitando largos desplazamientos hasta el trabajo.
Actualmente la planta se ocupa del armado de ciclomotores y bicicletas marca MOTOMEL. (IG: Ricardo Primo)
Con el tiempo, este pequeño establecimiento dio lugar a un poblado en crecimiento. La familia Córdova, además de gestionar el negocio, también formó una familia, lo que impulsó la creación de una escuela primaria, la Nº 18, que funcionó en un espacio cedido por la fábrica, marcando un paso importante en la educación de la comunidad.
A pesar de los desafíos, como las crisis económicas y las inundaciones, La Emilia ha demostrado una resiliencia notable. El surgimiento de nuevos barrios y el desarrollo de un complejo deportivo y cultural, “Obra Social J.S. Córdova”, han sido hitos en su crecimiento.
Hoy, La Emilia recuerda con cariño su historia y la de quienes forjaron su camino. A pesar de las adversidades, los habitantes han demostrado su capacidad de adaptación y unidad, cultivando un sentido de comunidad que persiste en el tiempo. Con renovada esperanza, miran hacia el futuro, deseosos de seguir creciendo y prosperando en este lugar que han llamado hogar.
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