CIUDADES ALEDAÑAS

La inquietante sombra de una posible estafa Ponzi que asola San Pedro

En San Pedro hay un momento del día que interrumpe la rutina diaria de sus 70.000 habitantes. Este instante, conocido como “la china señal”, se refiere a un mensaje enviado por un bot en un español poco claro, que orienta sobre dónde invertir. Desde hace un tiempo, el tema que acapara la conversación es Rainbowex, una aplicación que promete rendimientos en dólares a través de la compra y venta de criptomonedas, aunque estos rendimientos son más que cuestionables.

Aproximadamente 20.000 vecinos han decidido “invertir” en esta aplicación, atraídos por promesas de ganancias inusuales que varían entre el 1% y el 2% diario en dólares. Esto implica que, si alguien invierte 1.000 dólares, se le promete duplicar su capital en 45 días, una oferta que generaría alarma entre los especialistas financieros. Al considerar que en San Pedro viven muchas personas menores de edad y mayores de 70 años, es notable que casi la mitad de la población activa esté esperando estos retornos a diario.

Sin embargo, la situación puede no ser tan brillante como parece. Lo que comenzó como una atractiva oportunidad de inversión podría estar gestándose como una estafa que ya ha cruzado fronteras, afectando a localidades como Bahía Blanca y Gualeguaychú, en Entre Ríos. Maximiliano Firtman, programador y periodista, ha investigado el tema y concluye que estamos ante una estafa Ponzi clásica.

“La app es trucha, no se baja de una tienda oficial. La criptomoneda no existe. Le hacen creer a la gente que gana dinero”, explicó Firtman. Asimismo, se refirió a la promesa de duplicar el capital en 45 días: “Te dicen qué hacer, qué comprar de criptomonedas. La ciudad se para a la espera de la señal”.

Detrás de Rainbowex está el “Knight Consortium”, una fundación compuesta por accionistas extranjeros, pero carecen de registro y respaldo legal. A pesar de esto, han encontrado formas “inteligentes” de acercarse a la comunidad, patrocinando clubes deportivos y organizando actos solidarios para ganar la confianza de los sanpedrinos.

Frente a este fenómeno, el intendente Cecilio Salazar se refirió a Rainbowex, eludiendo calificarlo directamente como una estafa piramidal, aunque admitió que casi todas las familias tienen un conocido que ha invertido en la aplicación. Aunque no hay denuncias formales en la justicia, Salazar anticipó que “el problema va a pasar el día que esto se caiga”.

“Todo apunta a que esto es un verso, pero hay gente que ha ganado mucha plata en poco tiempo”, agregó Salazar, reconociendo que muchos no se atreven a denunciar por temor a que el sistema se desmorone. Así, el esquema continúa alimentándose a medida que nuevos inversores se suman.

Además, en la comunidad se sabe que algunos sanpedrinos han llegado a solicitar préstamos de hasta 8 millones de pesos para comprar criptomonedas, e incluso hay quienes han dejado sus trabajos. La situación evoca la triste historia de Leonardo Cositorto y la defraudación masiva asociada a la Generación Zoe.

Aunque el “boca a boca” fue el inicio de este fenómeno, el grupo Knight ha incorporado promotores en San Pedro, quienes incitan a la comunidad a invertir en la plataforma. Estas personas también deben atraer nuevos participantes, una táctica clásica en las estafas piramidales de tipo Ponzi, donde las aparentes ganancias son, en realidad, simulaciones, ya que se sospecha que no existen inversiones reales.

En un episodio reciente, el grupo organizó un evento en Buenos Aires donde supuestos ejecutivos de Knight Consortium eran en realidad dos actores polacos contratados. Estos, poco conocidos, participaron de una charla motivacional, recibiendo un guion un día antes del evento. “Los contrataron sin saber qué iban a hacer”, comentó Firtman en una entrevista, resaltando la farsa detrás de la presentación.

Tras las denuncias, los vecinos exigieron aclaraciones a los líderes locales de Rainbowex, quienes intentaron desviar la atención en su grupo de Telegram, convenciendo a los inversores de que todo es legítimo.

Esta situación es un claro ejemplo de lo que se conoce como estafa piramidal, un esquema que debe su nombre a Carlo Ponzi, un italiano que hace un siglo logró convencer a miles de personas de invertir en un plan fraudulento basado en sellos postales. En este tipo de estafas, la cabeza de la organización utiliza el dinero de nuevos inversores para pagar a quienes invirtieron anteriormente, en lugar de realizar las inversiones prometidas.

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