El Gobierno aumenta la presión para evitar un golpe al DNU 846 en Diputados
En las últimas horas, el Poder Ejecutivo y sus aliados en la Cámara de Diputados han intensificado la presión sobre los gobernadores para que sus legisladores no den quórum en la sesión especial convocada para mañana. La discusión central gira en torno al DNU 846, que permite al Gobierno reestructurar deuda sin la aprobación del Congreso.
Aunque el Ejecutivo no ha hecho pública su estrategia, está claro que la amenaza de retirar el proyecto de Presupuesto se usa como herramienta de coerción. El mensaje es directo: sin apoyo para frustrar la sesión, los pedidos de los gobernadores para ajustar el Presupuesto serán ignorados, y no habrá fondos extra para las provincias.
En un gesto que mostró las intenciones del Gobierno, José Luis Espert, presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, suspendió todas las actividades de esa comisión la semana pasada, alineándose con las directrices oficiales. Esto fue interpretado como una advertencia seria, especialmente para la oposición dialoguista, que busca aprobar un presupuesto que limite la discrecionalidad del Ejecutivo en el manejo de los recursos.
Por otro lado, la oposición más radical, como Unión por la Patria y el Frente de Izquierda, sigue firme en su rechazo a cualquier propuesta presupuestaria del oficialismo. Mientras tanto, las llamadas del Ministerio del Interior y del presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, continúan llegando a los diputados de Catamarca y La Rioja, buscando apoyo.
El Gobierno ha logrado sumar el respaldo de algunos diputados provinciales, como los de Catamarca y los peronistas tucumanos del bloque Independencia. Sin embargo, las negociaciones con otros sectores, como los cordobeses de Encuentro Federal, siguen siendo complicadas debido a deudas pendientes de la Nación con las provincias.
En contraste, el PRO ha confirmado que no dará quórum, manteniendo su postura de defender la institucionalidad. A pesar de eso, hay indicios de que algunos diputados podrían apartarse de la línea oficial de su bloque. En la UCR, la confusión reina, con un grupo de moderados liderado por Julio Cobos dispuesto a facilitar el quórum y votar con la oposición.
La situación sigue siendo tensa, y el resultado de la sesión depende de ausencias inesperadas y del desgaste de las maniobras del oficialismo. El Gobierno teme que un pronunciamiento en contra del DNU en ambas cámaras ponga en riesgo la capacidad del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, para gestionar deuda y atender vencimientos. Una derrota en el Congreso podría tener consecuencias devastadoras para la administración.
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