La economía argentina deja atrás la recesión: señales de reactivación en el cierre del año
La actividad económica muestra un repunte más acelerado de lo esperado en el cuarto trimestre, superando las proyecciones iniciales y marcando oficialmente el fin de la recesión en Argentina. Según los últimos datos, la caída del PBI podría cerrar en torno al 2,5% o incluso menos, una mejora respecto a las previsiones realizadas a principios de año.
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En el tercer trimestre, el Producto Bruto Interno creció un 3,9% respecto al trimestre anterior, y la tendencia positiva continúa en el último tramo del año, aunque a un ritmo más moderado. Este crecimiento consolida dos trimestres consecutivos de recuperación, criterio utilizado a nivel global para determinar la salida de un ciclo recesivo.
“Si la actividad económica mantiene la tendencia actual, es posible que las proyecciones de caída del PBI sean menos severas. Con los datos actuales, se estima que la contracción del PIB en 2024 podría ubicarse entre 2,6% y 2,9%, mejorando frente al consenso inicial de 3,5% proyectado a principios de este año”, señaló la consultora ACM.
Por su parte, Equilibra ajustó su estimación del EMAE, indicando que noviembre habría registrado un crecimiento del 0,5%. Esto llevó a revisar la caída de actividad proyectada para este año, reduciéndola al 2%. En tanto, los datos del Indec muestran un comportamiento positivo: en octubre, el EMAE creció un 0,6% respecto al mes anterior.
La recuperación, aunque alentadora, no es homogénea. Sectores como el agro, la minería y la energía lideran el crecimiento, mientras que la construcción y la industria manufacturera enfrentan mayores desafíos. Sin embargo, la mejora en los ingresos reales por la desaceleración de la inflación y una leve reactivación del crédito generan expectativas de mayor estabilidad económica.
El Presidente Javier Milei expresó en una entrevista que la recuperación económica tiene forma de “V”, reflejando un rebote significativo en los últimos meses del año. De confirmarse esta tendencia, algunos analistas consideran posible un crecimiento del 5% en 2025, aunque persisten interrogantes sobre la sostenibilidad del ciclo alcista ante posibles factores externos como la crisis en Brasil o fluctuaciones en los mercados globales.
Con una economía que avanza hacia el superávit fiscal y una inflación en descenso, las proyecciones para el próximo año son optimistas, pero estarán sujetas al comportamiento del contexto internacional y las políticas locales para mantener este impulso.
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