Sidersa consiguió financiamiento de US$ 50 millones para la construcción de una planta siderúrgica en San Nicolás
En el año 2024, la empresa Sidersa presentó al Gobierno un ambicioso proyecto destinado a la construcción de una nueva línea de alta tensión subterránea de 132 kV, que se extenderá por 4,4 kilómetros. Esta infraestructura tiene como objetivo principal abastecer de energía la planta que la compañía posee en San Nicolás, dentro de un plan de inversión que supera los 300 millones de dólares.
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La solicitud de Sidersa, recibida por la Secretaría de Energía de la Nación, establece que la nueva línea comenzará en la futura Estación Transformadora (ET), que la empresa planea instalar cerca de la ciudad, y culminará en la estación de Ramallo, operada por Transener.
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En este marco, Sidersa ha comunicado que la estación será construida con tecnología GIS 132 kV y contará con dos transformadores de potencia: un TR1 132/13,2 kV de 50/65 MVA y un TR2 de 132/13,2 kV de 25/30 MVA.
Tras esta solicitud, las autoridades nacionales respondieron con un documento que detalla las medidas necesarias para la aprobación de la línea de alta tensión. Estas consideraciones incluyen que la línea sea radial, de corta longitud, conectada al punto más cercano de la red eléctrica, y que no haya necesidad del uso compartido con terceros. Además, la empresa debe contar con la autorización por escrito de todos los propietarios de los terrenos afectados.
Por otro lado, se dio participación al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) para que liderara una Audiencia Pública que evaluara la obra en términos de impacto del sistema, opiniones de los agentes del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y aspectos ambientales relacionados con las instalaciones proyectadas.
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La audiencia tuvo lugar el 5 de septiembre del año pasado, y el organismo estatal indicó que no se presentaron objeciones a la construcción de la línea de alta tensión, ya sea por su impacto en el sistema o por consideraciones ambientales.
Como resultado, la Resolución 12/2025 de la Secretaría de Energía, publicada en el Boletín Oficial el 21 de enero, aprobó el proyecto de Sidersa, otorgándole una concesión de uso por 15 años. Durante este período, la empresa deberá construir, operar y mantener la línea a su propio costo y para su uso exclusivo.
Una vez culminado el plazo estipulado, las instalaciones estarán sujetas al régimen regulatorio y tarifario vigente bajo la concesión de Transba, la empresa de transporte de energía eléctrica en la provincia de Buenos Aires.
Es fundamental destacar que la autorización está condicionada a varias estipulaciones específicas:
- Sidersa deberá operar la red de uso particular sin conectar anillos a las instalaciones existentes o futuras del Sistema de Transporte de Energía Eléctrica en Alta Tensión o del sistema de Transba, a menos que se solicite debido a una emergencia.
- Si se decide suspender la inyección de energía durante dos años, el ENRE considerará las peticiones de acceso a las líneas de 132 kV existentes como conformaciones dentro del sistema de Transba.
- Sidersa deberá operar y mantener sus instalaciones garantizando que no representen ningún peligro para la seguridad pública y cumplir lo dispuesto por el ENRE.
- La infraestructura y el funcionamiento de los equipos relacionados al transporte de energía eléctrica tendrán que adecuarse a las medidas de protección de los ecosistemas.
La nueva línea también permitirá a Sidersa suministrar electricidad a la planta que proyecta construir en la misma localidad, que cuenta con un préstamo de la Corporación Financiera Internacional (CFI) por 50 millones de dólares. Este financiamiento contribuirá al desarrollo de una moderna instalación siderúrgica, complementar a un acuerdo alcanzado con BID Invest en septiembre del año anterior.
El plan de Sidersa implica una inversión total de 300 millones de dólares, con el fin de proveer insumos, como acero para construcción, que son esenciales para el mercado nacional y fomentan las exportaciones.
Se estima que la planta generará 360.000 toneladas anuales de acero y creará más de 300 empleos directos de calidad, así como 3.500 indirectos en áreas como recolección de chatarra y construcción.
Desde Sidersa enfatizaron que han pasado 50 años sin la construcción de una siderurgia integrada greenfield en el país. La nueva planta busca apoyar la producción local, asegurando el abastecimiento y reemplazando importaciones, lo que podría generar un impacto positivo de aproximadamente 350 millones de dólares anuales en la balanza comercial del país.
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