El productor sigue reteniendo la soja, a pesar de la baja de retenciones: razones detrás de la decisión
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A pesar de la reducción temporal en las retenciones a la soja, trigo y maíz anunciada el 22 de enero, los productores no aceleraron sus ventas, lo que impacta en el ingreso de divisas al país.
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Según el análisis de Pablo Adreani, especialista en mercados agrícolas, existen varios factores que explican esta reticencia.
Una baja que no se reflejó en los precios
Antes del anuncio de la reducción de retenciones, los mercados ya operaban por encima del precio de paridad de exportación y de la industria aceitera. Esto hizo que el beneficio de la baja impositiva no se tradujera en una mejora significativa en los precios.
Adreani explica: “Estamos ante un mercado de demanda, donde exportadores, molinos y aceiteras mejoran los precios de compra para atraer a los productores. Sin embargo, del lado de los productores no existe una necesidad imperiosa de vender, salvo para cumplir compromisos previos.”
El caso de la soja: reservas y precios atractivos
Entre el 22 de enero y el 12 de febrero, los productores vendieron 11.000 toneladas de soja a la exportación y 943.000 toneladas a la industria aceitera, pero estas ventas no fueron resultado de la baja de retenciones, sino por la necesidad de liquidez.
En la actualidad, los productores retienen aproximadamente 12 millones de toneladas de soja física, las cuales se estima serán vendidas gradualmente hasta la entrada de la nueva cosecha en mayo de 2025.
Los precios también juegan un papel clave: la soja disponible se negocia a 313 dólares por tonelada, con una prima de 17 dólares sobre la posición abril (296 dólares por tonelada). Este diferencial incentiva la venta de soja almacenada, aunque parte de la producción podría mantenerse fuera del mercado hasta el próximo año fiscal.
Cosecha 2024/25: incertidumbre y restricciones
Las ventas de la nueva cosecha de soja también avanzan con cautela. Hasta el 12 de febrero, los exportadores compraron 140.000 toneladas y la industria aceitera adquirió 587.000 toneladas.
Algunas de las razones detrás de esta retención son:
- Impacto de la sequía: la falta de lluvias entre diciembre y mediados de enero afectó los cultivos de segunda y la floración de la soja de primera, lo que genera incertidumbre sobre los rendimientos.
- Falta de previsibilidad: los productores aún no tienen certeza sobre el volumen de producción, dificultando la planificación de ventas.
- Reglamentación del ingreso de divisas: la obligación de liquidar las exportaciones en 15 días hábiles limita la operatividad de exportadores y aceiteras.
El maíz, con más dinamismo
A diferencia de la soja, las ventas de maíz muestran mayor dinamismo. En el mismo período, se comercializaron 737.000 toneladas de maíz de la cosecha 2023/24 y 1,3 millones de toneladas de la cosecha 2024/25.
Este mayor volumen de ventas se debe a la proximidad de la cosecha de los cultivos tempranos, además de que la exportación ya ha declarado ventas por 1,5 millones de toneladas, con embarques programados para marzo (908.000 toneladas) y abril (610.000 toneladas).
Ingreso de divisas: menor flujo en febrero
A pesar del movimiento en el mercado de maíz, el flujo de divisas por exportaciones sigue condicionado por la retención de soja. Se estima que en febrero ingresarán 1.500 millones de dólares, una cifra que podría haber sido mayor si los productores hubieran vendido más granos tras la baja de retenciones.
La evolución de las ventas agrícolas en los próximos meses dependerá del clima, la estabilidad de precios y las decisiones políticas que afecten la comercialización. Mientras tanto, la estrategia de los productores sigue siendo esperar.
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