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El 8M en un contexto de mayor desigualdad: el 38,7% de las mujeres trabaja en la informalidad

El 8M en un contexto de mayor desigualdad // Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, las condiciones laborales de las mujeres se han deteriorado significativamente. Un informe del Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que en 2024 la informalidad laboral femenina alcanzó el 38,7%, reflejando un preocupante aumento de la precarización del empleo y el ensanchamiento de la brecha de género en el acceso a derechos laborales.

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La situación de las mujeres en el mercado laboral es más vulnerable en comparación con la de los varones. Mientras que la informalidad masculina se ubicó en el 35%, en el caso de las mujeres el incremento fue de 1,3 puntos porcentuales en el último año, ampliando la brecha de informalidad a 3,7 puntos porcentuales. Esto implica que un mayor número de mujeres trabaja sin aportes jubilatorios, sin licencias y con ingresos más bajos y fluctuantes.

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La crisis económica y la falta de estrategias para formalizar el empleo han impactado especialmente en los sectores altamente feminizados, como el trabajo en casas particulares. Desde la asunción de Milei, se registró una pérdida de 15.748 puestos de trabajo en este sector, profundizando la inestabilidad laboral de miles de trabajadoras.

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El deterioro de las condiciones laborales también afecta directamente los ingresos de las mujeres. La brecha salarial entre varones y mujeres se ubicó en 27,7%, lo que significa que, en promedio, las mujeres perciben casi un tercio menos que sus pares masculinos. En el sector informal, esta brecha se amplía al 33,3%.

Pobreza y desigualdad de ingresos

La feminización de la pobreza es una de las consecuencias más graves de esta situación. El 61,4% de las personas con menores ingresos son mujeres, mientras que en el decil más alto solo el 35% pertenece a este grupo, evidenciando una concentración de la riqueza en manos de los varones.

El impacto de la política económica del gobierno también se observa en los recortes a programas de asistencia y equidad de género, entre ellos:

  • Programa Acompañar (asistencia a víctimas de violencia de género): recorte del 87,6%.
  • Línea 144 (asistencia a víctimas de violencia): reducción del 61,1%.
  • Fondo para víctimas de trata: ajuste del 87,7%.
  • Educación Sexual Integral (ESI): desfinanciación del 98,7%.
  • Prevención del embarazo adolescente: disminución del 93,9%.
  • Eliminación del programa Registradas, que promovía la formalización del empleo doméstico.

Estos recortes no solo afectan las oportunidades laborales de las mujeres, sino que también limitan el acceso a derechos fundamentales en salud y educación. La reducción del 98,7% del presupuesto de la ESI y el 93,9% en programas de prevención del embarazo adolescente representan un grave retroceso en materia de derechos reproductivos y educación sexual.

Datos que reflejan la desigualdad

El informe del Observatorio de Género del CEPA expone otros indicadores que evidencian la desigualdad en el mercado laboral:

  • La tasa de actividad femenina es 18,4 puntos porcentuales menor que la de los hombres (52,1% vs. 70,5%).
  • La desocupación femenina alcanzó el 7,9%, mientras que la masculina se ubicó en 6,2%, ampliando la brecha a 1,7 puntos porcentuales.
  • Las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores de menores ingresos: el 61,4% de quienes perciben los salarios más bajos son mujeres.
  • En impuestos progresivos como Bienes Personales e Impuesto a las Ganancias, las mujeres están subrepresentadas, con solo 32,8% de participación.

Las decisiones económicas del gobierno también impactan en el costo de vida. La eliminación de subsidios al transporte y la liberalización de precios han encarecido el día a día, afectando con mayor intensidad a las mujeres, que tienen menor poder adquisitivo y asumen la mayor parte de las tareas de cuidado. Además, la falta de inversión en infraestructura de cuidados ha incrementado la carga del trabajo no remunerado, que recae en mayor proporción sobre ellas.

El informe del CEPA deja en claro que las políticas económicas de La Libertad Avanza han significado un retroceso en la equidad de género. La ausencia de estrategias públicas para reducir la desigualdad ha dejado a las mujeres y diversidades en una situación de mayor vulnerabilidad, evidenciando la necesidad urgente de medidas que reviertan esta tendencia.

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