Ribeiro se presentó en convocatoria de acreedores
La cadena Minicuotas Ribeiro atraviesa desde abril de 2018 una fuerte crisis. El sociólogo Manuel Ribeiro dueño de esta cadena fundada en San Luis hace 110 años, anunció hoy con tristeza que la empresa se presentó en convocatoria de acreedores. Llegó a tener 83 sucursales y 2000 empleados, hoy queda abiero sólo un local y se estima que tiene poco más de la mitad de ese personal. Los empleados de administración todavía cobran los sueldos en minicuotas, los que trabajan en los locales hace tres semanas que no reciben nada. Les adeudan tres meses, alguinaldo y actualización salarial.
Manuel Ribeiro es la tercera generación de esta familia que comenzó con un local en Villa Mercedes, San Luis y hace 20 años desembarcó fuerte en AMBA dispuesto a competirle a todos los gigantes con sus famosas “minicuotas”. Una estrategia exitosa en las provincias del resto del país. Las minicuotas les permitía comprar a los que menos tenían.
En 2019, comenzaron a agravarse los problemas y a afectar a los empleados que empezaron a cobrar los sueldos en minicuotas. La empresa pidió en ese momento el Procedimiento Preventivo de Crisis, cerró locales y despidió trabajadores. Comenzó a buscar un socio que nunca llegó.
La carta de Manuel Ribeiro
Manuel Ribeiro escribió una carta contando el paso a paso, que obligó a la empresa a pedir esta medida. “Finalmente y después de mucho esfuerzo para intentar salir adelante por otras vías, Ribeiro se presentó en el día de hoy en convocatoria de acreedores. La decisión no fue fácil para una empresa familiar con más de 110 años de existencia, que junto al país superó innumerables crisis económicas y financieras, tal vez la más fuerte y no tan distante fue la de 2001/2002, que llevo al país, a su gente y a sus empresas a una situación de gravedad extrema. De esa situación, Ribeiro no solo salió adelante sino con posterioridad y a partir del 2004, comenzó otra etapa de crecimiento y expansión de la compañía, tanto en sucursales, como número de empleados, modernización organizativa y tecnológica llegando a una facturación anual de U$S casi 370 MM en el 2017. Lamentablemente en el año 2018, con la devaluación de abril y sus múltiples efectos, ese largo periodo de crecimiento se transformó en el inicio de una gran crisis que nos termina llevando, y después de mucha lucha y esfuerzo, a la comentada presentación en concurso de acreedores”.
En la extensa carta, el sociólogo continuó: “No tiene mucho sentido explayarnos sobre la gran crisis económica que vive el país desde el 2018 en adelante porque ustedes la viven a la par. La caída en el nivel de actividad y por ende en los resultados de la empresa, se originaron como dijimos con la devaluación del año 2018 y sus consecuencias inmediatas, es decir altas tasas de interés e inflación y en contraposición la baja en el poder adquisitivo de nuestro cliente promedio, afectaron de manera ostensible la venta y por ende la situación económica y financiera de la compañía”.
“Durante el primer trimestre del 2020 la continuidad del proceso recesivo, agravó la situación, las ventas siguieron en baja, la compañía siguió operando a pérdida, con bajísimos niveles de caja para hacer frente a sus obligaciones. Ese deterioro económico-financiero se aceleró llegando a una situación extrema a mediados de marzo de 2020, unos días antes de la cuarentena obligatoria declarada por el gobierno, el 19 de marzo, nos vimos obligados a cerrar todas las sucursales, (algunas habían sido cerradas unos días antes por las autoridades locales), por la pandemia del Covid 19, esto nos puso en una situación dramática. En ese momento tuvimos que tomar la decisión final de tener que optar por subsistir, manteniendo una operatividad mínima, sabiendo que estaba en juego la continuidad de nuestra empresa centenaria. Esta decisión nos permitiría la posibilidad de seguir vivos como compañía para intentar la recuperación y así poder intentar volver a la normalidad”, señaló Ribeiro, quien hace pocos días cerró las dos sucursales que quedaban de pie en Posadas. Hasta la sucursal más histórica de Almagro cerró sus puertas, donde tienen las oficinas centrales.
El poder de las Minicuotas Ribeiro
En el raconto de lo sucedido por esta cadena que supo expandirse por todo el país, le dedicó un párrafo a su personal y clientes: “La compañía siguió tratando de superar la crisis que exponencialmente agravó el Covid-19, gracias al esfuerzo inclaudicable de sus empleados, gerentes, directores y el compromiso de sus accionistas, quienes reinvirtieron en la sociedad casi 20MM de dólares entre 2018 y 2019 Como dato positivo de la Pandemia, podemos mencionar que cuando el BCRA, autorizó la apertura de sucursales exclusivamente para el cobro de sus créditos de consumo “las Minicuotas Ribeiro”, esto nos alentó porque nuestros clientes nos siguieron acompañando! A partir del 13 de abril del 2020 , Ribeiro pudo volver a rendir y a transferir su recaudación cedida a los fideicomisos financieros públicos, en tiempo y forma, debiendo destacar el sorprendente nivel de cumplimiento de esos minicuotistas que con sus pagos permitieron normalizar el mercado de fideicomisos“.
Mientras muchas cadenas reforzaron su venta online, Ribeiro no pudo: “Lamentablemente no alcanzamos a firmar (estaba listo a mediados de Marzo) con proveedores un compromiso vía fideicomiso en garantía para provisión de mercadería. Sin stock suficiente no pudimos acompañar el crecimiento de venta on-line. Pero la Pandemia no impidió que tratáramos de buscar cualquier otro camino alternativo para recomponer o mejorar la crítica situación de la empresa, buscamos vía bancos y especialmente con un banco oficial, lograr una línea de crédito para garantizar futuras compras de mercaderías, condición necesaria para volver al círculo virtuoso, la idea era ceder en garantía nuestro principal activo, el moderno Centro de Distribución de Spegazzini. Lamentablemente y después de más de dos meses de esfuerzo por parte nuestra la línea de crédito no fue aceptada”.
La historia, según Manuel Ribeiro continuó así: “Intentamos entonces, ya estábamos en el último trimestre del 2020, estructurar un fideicomiso de garantía con el mismo activo en garantía y un fideicomiso de administración de flujos, con un Fiduciario de reconocido prestigio, pero el momento nos jugó en contra. Los proveedores locales de electrodomésticos estaban con poco nivel de stocks producto de los cierres parciales de las fabricas por la pandemia y por la falta de un normal abastecimiento de materia primas importadas, preferían entonces vender su stock con cobro de contado o cobro anticipado a tomar el riesgo de Ribeiro/ fideicomiso y cobrar a plazo“.
Busca socio o inversor
Cómo fue la búsqueda de inversores: “Paralelamente mientras tratábamos de cerrar el Fideicomiso para conseguir productos, el Directorio había comenzado la búsqueda de un socio inversor para relanzar la compañía, inclusive se había tomado la decisión que si aparecía un interesado serio, que asegurara la continuidad de la empresa y de su gente, estaba dispuesto a ceder el control accionario. Tuvimos dos interesados en donde invertimos varios meses de pre- Due Diligence, pero las negociaciones terminaron inconclusas, la situación macro del país y del mundo no ayudaron a pesar del atractivo que significa una empresa con gran cantidad de clientes y su perfomance en el mercado. Por otra parte el tipo de negocio de retail ya presentaba cambios que Ribeiro rápidamente percibió haciendo fuertes inversiones en tecnología e iniciando modificaciones en el layout de los locales (más chicos y no departamentalizados); en 2017 e-commerce ya representaba para Ribeiro el 25% de la venta). Pero la pandemia aceleró el proceso desde Abril a Diciembre del 2020 por las fuertes restricciones a la venta presencial y no habíamos completado el proceso de adecuación de la mayoría de las sucursales. Ahora se está notando con el alivio de las restricciones, una vuelta a la presencialidad como modalidad complementaria”.
Ribeiro explicó qué significa esta medida que decidieron tomar para buscar un poco de aire: “La presentación en Concurso de Acreedores, no es el fin, sino por el contrario un mecanismo que nos da la ley para reordenar la compañía y continuar la búsqueda de inversores y financiamiento que nos permitan volver a tener una compañía operativamente rentable y que de esta manera pueda cumplir con todos los acreedores en el tiempo que se requiera y conservar la mayor fuente de trabajo posible”.
En el final de su carta, pidió disculpas y pidió un voto de confianza: “En síntesis, les pedimos nuevamente un voto de confianza, ya hemos demostrado en los pasados 100 años nuestra vocación de hacer negocios con ética y visión de largo plazo, una de las claves para el buen funcionamiento de Ribeiro. Por eso sabemos que sanar la relación con nuestros acreedores lo antes posible es una de las claves para volver a ser la empresa de la que todos estemos orgullosos. La pandemia muestra signos de ceder. También seguramente volveremos a una economía más normal en el mundo y Argentina, que nos permitirá implementar un plan y una estrategia seria para proyectar y planear en el largo plazo. Con un enorme agradecimiento por lo vivido hasta ahora, y pidiéndoles nuevamente disculpas y comprensión por la actual situación, los saludo con afecto”
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