PUERTO: El consorcio y el municipio asisten con alimentos a los jornaleros
La pandemia de coronavirus impacta con diferente fuerza en todos los sectores de la economía, aunque con mayor urgencia en los trabajadores que se ganan el pan con la labor del día. Entre ellos están los jornaleros que prestan servicios para empresas de los puertos, que por estas horas no sólo padecen las restricciones vinculadas a la pandemia sino también a la caída de las operaciones como consecuencia de la histórica bajante del río Paraná que afecta el ingreso de barcos en todos los puertos de la Hidrovía.
La terminal portuaria de San Nicolás no es la excepción. La bajante impide el ingreso de los barcos más grandes, y también limita la cantidad de carga de estos buques. Así, un importante número de jornaleros se quedó sin trabajo y –por ende- sin el sustento diario.
“Estábamos complicados con el tema de la cuarentena porque se achicó mucho el movimiento. Pero lo que nos terminó afectando seriamente es la bajante del río y la falta de dragado, lo cual llevó a que estemos once días sin trabajar porque los barcos no podían ingresar y salían para otros puertos”, asegura Javier Godoy, secretario adjunto de la seccional local del gremio del Sindicato Unidos Portuarios Argentina (Supa).
Cabe recordar que el Consorcio que administra el puerto de San Nicolás gestionó junto al gobierno provincial el arribo de una draga que retire sedimentos del canal de acceso, el pie de muelle y zona de volteo, para garantizar una profundidad de 10,05 metros y la normalización de la operatoria. Se aguarda que el buque draga arribe en los próximos días.
La draga de la empresa Sabavisa S.A. llegará a la ciudad en un momento crítico ocasionado por la bajante histórica del río Paraná. El tiempo estimado para realizar estos trabajos es de –aproximadamente- un mes. Esto permitirá la continuidad operativa del puerto asegurando el normal funcionamiento de uno de los motores económicos más importantes de la ciudad.
Lo cierto es que al mermar el ingreso de barcos también cayó la oferta de trabajo para los jornaleros contratados por las empresas. Esto generó que muchos hogares se quedaron sin ingreso alguno. La buena noticia para estas familias llegó mediante las gestiones realizadas por el Consorcio y el municipio para que pudieran recibir bolsones con alimentos.
“Estamos muy agradecidos porque la situación era límite. No había para comer”, indicó Godoy. Son cerca de 130 las familias de jornaleros cuyos ingresos se reducen a cero cuando no pueden trabajar. La empresa ha tenido buena predisposición abonando adelantos para los compañeros que no tenían trabajo ni comida. Hay otros seis compañeros que no están trabajando porque son población de riesgo frente al coronavirus, y a ellos también se les dio una mano con algunos adelantos por semana”, cuenta Godoy.
Por estas horas, los barcos pequeños pueden operar en el puerto de nuestra ciudad y ello trae algo de alivio para los jornaleros que han sido convocados a trabajar.
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