River tropezó con Unión y con Pitana

El último campeón no arrancó. No lo dejaron. Primero Unión, que hizo un partido perfecto, planificado y llevado a cabo con inteligencia y sobre todo con ambición. Y después el arbitraje de Nestor Pitana también hizo su parte: el penal inexistente que derivó en el 1-0 de Luna Diale generó otro enojo en Núñez con un juez al que ya no quieren ver ni en figuritas. También hay errores propios de este River que tendrá que encontrar su funcionamiento entre tantas figuras y piernas hábiles, porque en Santa Fe hizo agua. Y el Tatengue se lo marcó a fuego.

Ese palo por palo que se vio durante todo el primer tiempo fue esperanzador. No tanto para River, que fue el que más incómodo estuvo, sino para el resto de los rivales que enfrentarán al campeón vigente. Porque lo que hizo Unión fue una clara demostración de que la estrategia de bloquear caminos también es compatible con la búsqueda, con la agresividad y la inteligencia para generar espacios.

Hay vida, incluso, sin tener un plantel de jerarquía como el que cuentan en Núñez. Si bien Gallardo alistó un mediocampo repleto de buen pie, el estreno de Juanfer recostado por derecha junto a Simón fue deslucido: apenas algún cambio de frente interesante y no mucho más. Entonces no fue extraño que las conexiones que pretende encontrar el DT fueran escasas y el ataque se haya abastecido gracias a destellos individuales: el pase de Premier de Julián a De la Cruz (gran salvada de Moyano) y el avance que se autogestionó el Araña un par de veces.

Y el porqué de esas complicaciones también se puede entender desde la incomodidad que le generó el Tatengue a la hora de morder con Nardoni y Juárez en el primer pase, con la presión rápida ante cada receptor y a su vez con la agresividad con la que encaró cada avance. Sobre todo por izquierda, donde Casco perdió siempre con Gastón González, quien abasteció tanto a Luna Diale como al uruguayo Álvez, acaso los dos que siempre fueron un incordio para la defensa aunque le perdonaron la vida al CARP en tres oportunidades clarísimas. Y si eso no lo terminó pagando caro el elenco santafesino fue porque también tuvo un poco de fortuna en el inicio.

Claro, la incógnita era saber hasta cuándo Unión iba a poder sostener ese despliegue, pero sobre todo la idea. Y la respuesta la dejó expuesta en cancha, porque salió al ST con la misma predisposición y búsqueda. El que sí cambió fue River, pero sólo en cuanto a nombres: adentro Barco y Romero por el tándem ofensivo de la derecha (out Simón y JFQ10, tocado) para buscar otro aire en la gestación. Sin embargo, el Tatengue le hizo la vida imposible. Y Néstor Pitana también…

Porque si bien Luna Diale merecía su gol por su tremenda noche -se escurrió por todos lados y hasta se tiró atrás para ser generador-, el penal que cobró el árbitro no existió: Armani llegó antes que Nardoni. Y luego no cobró otro que sí existió a favor de River: Brítez lo camiseteó a Martínez.

En fin, lo cierto es que el 15 de Abril explotó con ese gol tan festejado como buscado. Y una vez conseguido, también fue pillo para cuidarlo con una línea de cinco atrás que fue una muralla: River, ya con Pochettino, Herrera y Paradela en cancha, casi no pateó al arco. Y sin arco, no hay alegría. Tarea para el hogar, Muñeco. Diale, campeón…

Las formaciones

Unión: Sebastián Moyano; Federico Vera, Franco Calderón, Emanuel Britez y Claudio Corvalán; Juan Carlos Portillo y Juan Ignacio Nardoni; Daniel Juarez, Mauro Luna Diale y Gastón González; Jonatan Álvez.​

River: Franco Armani; Milton Casco, Paulo Díaz, David Martínez, Elías Gómez; Enzo Pérez; Santiago Simón, Enzo Fernández, Nicolás de la Cruz, Juan Fernando Quintero; y Julián Alvarez.

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