La suba del dólar encontró el equilibrio e impacta en la inflación esperada
La semana pasada el incremento diario de la cotización, movilizada por el BCRA, logró equilibrarse respecto a la dinámica de los precios local y de Estados Unidos. De esa forma, y si se mantiene, se logrará conservar la competitividad cambiaria. Sin embargo, tiene consecuencias y se espera un impacto en los costos empresarios, que se expresan en los precios mayoristas y pueden impactar luego en los que paga el consumidor
La cotización del dólar alcanzó, desde la semana pasada, un ritmo de suba en relativo equilibrio con la inflación. El dato es importante porque, luego del retraso cambiario del año pasado hay consenso acerca de que no se puede repetir la dinámica en el 2022. Sin embargo, la aceleración progresiva que va convalidando el BCRA tiene consecuencias en variables también fundamentales, como la inflación: para hoy se espera un número fuerte en el IPC y la semana coronará con una aceleración en los mayoristas. El tipo de cambio le puede poner también un freno a la actividad económica en el segundo trimestre.
Lo explicó el analista financiero Christian Buteler: “Aunque el dólar no está atrasado, este año no se puede jugar la misma carta de pisarlo porque ahí sí va a perder competitividad. Para evitarlo, el crawling peg tiene que ir al ritmo de la inflación y para eso te ayuda la de Estados Unidos. A los 50 puntos de inflación local, si se le restan los 7 puntos que hay en Estados Unidos, se los ve en equilibrio en la última semana, respecto al 43% de devaluación. Debe ser un equilibrio, porque una variable toca a la otra. En este caso se retroalimenta: al subir el dólar suben los productos importados, que pegan en la inflación mayorista y se sigue retroalimentando”.
El BCRA busca evitar el atraso cambiario, achicar la brecha e ir eliminando las crecientes expectativas de devaluación. En ese sentido, un salto cambiario sería peor para todas las variables que una aceleración del crawling peg. Aunque eso no quiere decir que esta última opción no impacte en precios. Los mayoristas reflejan la evolución de una canasta formada principalmente por insumos transables, es decir costos empresarios que luego pueden ir a precios al consumidor.
Hoy martes, el Indec publicará el IPC de enero. Las consultoras coinciden en que el número rondará el 3,8%, idéntico al del cierre del año pasado. Para LCG, Eco Go, GRA y el CESO enero marcará ese número. Y febrero y marzo no ayudarán a dar tregua, por lo que el primer trimestre del año se acercará a una inflación del 13%, un ritmo que superará al de los cuatro trimestres del año pasado. Econviews, Equilibra, Data Market le apuntan más al 4%. Y C&T la observó en 4,5%.
Ahí el principal impacto lo generaron los alimentos, los medicamentos, las prepagas y la estacionalidad del turismo. Pero, además, en el mes se produjo ya una cierta aceleración de la suba del dólar, que tendrá principalmente impacto, en primera instancia, en los costos empresarios, lo que se puede ver reflejado esta misma semana en los precios mayoristas pero principalmente golpeará en los de los meses siguientes. La canasta mayorista suele responder con mayor velocidad a lo que ocurre en el dólar.
Desde LCG señalaron al respecto: “Para enero esperamos cierta aceleración en todos los rubros del índice de precios mayoristas, es decir tanto en los primarios, como en las manufacturas, la energía y los importados, con una suba promedio del 3% mensual, lo que implicaría una aceleración de 1 punto respecto a diciembre. Y en línea con un mayor deslizamiento del tipo de cambio oficial, una brecha que no cede y una inercia alta esperamos mayores subas también en febrero y marzo”.
Y agregaron: “Respecto a los costos de la construcción, partiendo del 1,5% mensual de diciembre, esperamos una aceleración más marcada en enero, mayor al 3,5% mensual, traccionado principalmente por el incremento salarial del 5% pactado por Uocra para este mes”.
La dinámica del dólar tendrá además impacto en la actividad económica. Se sabe: la restricción externa impacta en la capacidad de convalidar el nivel de importaciones que demanda una reactivación. Desde el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA) ven a la cuestión cambiaria presionando el freno a la suba del PBI ya en el próximo trimestre. Señalaron al respecto: “A partir del segundo trimestre vemos una desaceleración, que incluso podría transformarse en una posible caída trimestral si persiste la escasa acumulación de reservas por parte del BCRA y la consecuente tensión cambiaria”.
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