Pablo Lescano, el padre de la cumbia villera
Pablo Sebastián Lescano nació el 8 de diciembre de 1977 en San Isidro pero se crió toda su vida en el Barrio La Esperanza de San Fernando. La música lo atrapó desde chico: a los 5 años ya escuchaba polka y chamamé con su abuelo y cumbia con sus tíos.
No tardó mucho en poner las manos sobre un instrumento: arrancó a los 11 con el piano que tenía un amigo del barrio; llegó a intercambiar un microondas por un teclado y hasta sacrificar su viaje de egresados para pagarse uno nuevo.
A los 12 ya tenía su propio instrumento y a los 14 empezó a ejercer como tecladista en grupos de cumbia del barrio. Los primeros fueron “Sueños de Amar” y “Caprichos de Luna”, y solían tocar en cumpleaños, casamientos y hasta cabarets. Esas primeras fechas eran por la coca y la empanada, pero cuando Amar Azul lo vino a buscar en 1996 las cosas cambiaron un poquito.
A los 17 años se une al grupo de Miguel Ángel D’Annibale y participa de dos discazos: “Dime Tú” y “Cumbia Nena”. Llegó a meter unos 3.000 shows con la banda, pero a los 3 años de haber entrado sus inquietudes artísticas empezaron a hacerse cada vez más fuertes. Para Pablo faltaba algo en la escena.
Esto sumado a que en Amar Azul sentía que no tenía voz ni voto, llevó a que Pablo arme su propio grupo para hacer las cosas a su manera. Así, en agosto de 1999 nace Flor de Piedra, la primera banda de cumbia villera.
El término “cumbia villera” se lo puso Roberto “Kuky” Pumar, productor del sello Leader Music, a modo de clickbait de la época. El clásico teclado de Pablito y las letras dedicadas al barrio, a los vagos, a los tranzas, los policías y los ladrones crearon la fórmula de la cumbia villera que después muchos iban a replicar.
“Sos un Botón” fue su primer éxito con el que Pablito empieza a sonar en los barrios y las bailantas. Pero en febrero del 2000 pasó algo que iba a frenar su vida. Estuvo entre 6 y 8 meses postrado en una cama. Tenía fracturas en las dos piernas, una porta estudio de 8 canales y mucho tiempo libre.
Así salió el segundo disco de Flor de Piedra, “Más duros que nunca”, y de esos temas que no quedaron en el álbum, un demo de Damas Gratis. De Amar Azul decidió abrirse cuando ninguno de los integrantes le habló después del accidente.
Cuando salió una versión pirateada de ese primer demo, Damas Gratis ya era popular y no quedó otra que salir a tocar. Sin siquiera tener un disco afuera y con Pablo en muletas, llegaron los primeros shows.
En 2002, bajo la orden del entonces presidente Eduardo Duhalde, el Comité Federal de Radiodifusión, abreviado como COMFER, censuraba la mayoría de los temas de Damas Gratis y los baneaba de la televisión nacional por alusión al tráfico y consumo de drogas.
Para su cuarto disco, “100% Negro Cumbiero” -que iba atado al slogan “censurado en tv”– Pablo se encargaba de llevarle los CDs a DJs cumbieros para que lo pasen en los boliches.
Ese mismo método los llevó por primera vez a México en 2004 después de que justamente Fidel Nadal llevara sus discos allá, plantando la semilla de la cumbia villera en el país del norte.
Después de viajar gracias a la música, pasó un tiempo encerrado. Su adicción a la cocaína lo había hecho tocar fondo y en diciembre de 2004 su familia lo internó en un hospital psiquiátrico sobre calle Paraguay del que se quiso escapar y no pudo.
Estuvo un mes y después siguió rehabilitándose afuera, pero eso no le impidió seguir sacando música: “Sin Remedio” salió en 2005 y “Solo Para Entendidos” en 2006, que incluía el hitazo de Laura.
En 2006, además de regresar a México, Damas Gratis protagonizó EL DUELO DEL SIGLO. Este versus pasó a la historia no sólo por ser la primera y única vez que las bandas tocaban en un mismo escenario sino también por este momento. A esta altura, Damas Gratis daba 15 shows por fin de semana y llegaba a convocar unas 20.000 personas en total.
El tiempo pasó y Pablito siguió sumando hitos a su carrera: festejó sus 10 años en el Luna Park, tocó en el Hotel Alvear y en los Festejos del Bicentenario, y sacó un disco que unió a la cumbia con el rock nacional.
“Esquivando el éxito” se llamó este álbum lanzado en 2011 que entre sus 15 temas incluía una colaboración con Andrés Calamaro y otra con Vicentico.
Una muestra de la llegada de Damas Gratis al mainstream fue su participación en el Lollapalooza de 2018, donde, de la mano de la banda de Pablito, la cumbia llegaba por primera vez al festival.
Para fines de 2018 Damas Gratis había metido uno de los temas más reproducidos de YouTube del país, un show en el que estuvo Diego Maradona como espectador y sumaba el octavo Luna Park de su carrera.
2019 no se quedó atrás: metió gira por Estados Unidos y dos Luna Parks, y a principios de 2020, un show multitudinario en México.
La cuarentena lo obligó a ponerle el freno a su vertiginoso ritmo de vida, pero solo por un tiempo: ya en septiembre estaba dando shows en autocines y metiendo junte con toda la pibada de la movida urbana local.
En 2021, además de cruzarse varias veces con Messi, llegó con Damas Gratis a Las Vegas por primera vez y, en su tierra natal, logró una fuerte alianza con el fenómeno de la cumbia 420, L-Gante.
Primero salió el “Pistola remix” y al día siguiente, “Perrito Malvado” un tema que originalmente había escrito Marita, la hija de Pablo, en 2018.
La unión fue un éxito instantáneo y, por suerte, no fue la única vez que ocurrió: la dupla se volvió a juntar para el soundtrack de la cuarta temporada de El Marginal, sumando a otro player de la escena local.
Desde sus inicios, Pablo fue conquistando campos: su barrio, los boliches de Zona Norte, el país y ahora el exterior. No importan las edades o de dónde vengas, incluso si no entendés su idioma. La esencia de Pablito trasciende cualquier barrera.
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