Caries en niños: Aparecen más temprano y son más severas
Se suele pensar que sólo los niños que van a la escuela padecen de caries. La enfermedad dental está presente en infantes y también en adultos. Si bien existe una predisposición genética a padecerlas, muchas veces las caries están vinculadas a la mala alimentación (exceso de azúcar) y a una falta de higiene adecuada de la boca.
Más caries en niños y grandes
La escasa atención dental durante la pandemia de COVID-19 no hizo más que agravar la situación de las caries en la población. “En la Argentina no hay estudios recientes sobre la prevalencia de caries en la población. Sabemos que aumentó la severidad con la que se presentan las caries en niños por la dificultad en hacer prevención durante la pandemia”, señala Carla Masoli, presidenta de la Asociación Odontológica Argentina y profesora de Odontología Preventiva y Comunitaria en la UBA.
Las cifras son alarmantes. Según la Organización Mundial de la Salud, hay más de 530 millones de niños con caries en sus dientes de leche y unos 2.000 millones de personas con caries en sus dientes permanentes.
Uno de cuatro adultos de 20 a 64 años sufre al menos una carie en los Estados Unidos. El 23% de los chicos estadounidenses menores de 5 años también tienen caries.
En la Argentina se estima que hay más de 3 caries en cada boca de un niño en edad escolar, una cifra superior al promedio mundial, según Masoli. Es fundamental que los padres tomen conciencia de la importancia de prevenirlas y tratarlas.
¿Qué son las caries?
Las caries son daños en el esmalte o la superficie del diente; huecos producidos por ácidos generados por bacterias de la boca. Al ingerir bebidas azucaradas o comidas con almidón, las bacterias de la boca se mezclan con los alimentos y forman un biofilm o una placa. Esta placa bacteriana, que con el tiempo da lugar al sarro, termina por corroer el esmalte dental.
Las caries pueden pasar inadvertidas al principio pero, tarde o temprano, producen dolor, abscesos (bolsas de pus) y, muchas veces, infecciones causadas por distintos microbios que se introducen en los intersticios del diente. En algunos casos, obligan a extraer el diente afectado. Otras veces, producen inflamación de las encías y aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (especialmente, infecciones de las válvulas y obstrucciones coronarias).
¿Cómo evitar las caries?
Las caries se pueden prevenir con medidas sencillas:
- Cepillarse los dientes con un dentífrico con flúor, al menos 2 veces por día.
- Entre los 2 y los 5 años, es recomendable que un adulto supervise la higiene dental de los chicos.
- Cambiar el cepillo dental cada 3 meses.
- No agregar azúcar a las bebidas.
- No ponerle miel a las tetinas ni chupetes de bebés.
- No fumar y evitar el alcohol.
- Concurrir una vez por año al dentista para hacer un control y reparar los daños precozmente.
- Las embarazadas deben controlar su salud bucal cada 3 meses.
Flúor: la medida justa
En Estados Unidos, se recomienda suplementar con flúor a los niños entre los 6 meses y los 5 años que no ingieren suficiente agua fluorada. También se aconseja aplicar regularmente un barniz con flúor o sellador en los dientes de leche para evitar las caries.
En la Argentina, existen zonas donde naturalmente hay flúor en el agua. En algunas zonas de montaña, el contenido es demasiado alto, lo que puede dar lugar a fluorosis y otras enfermedades dentales. Pero en otras zonas, como Buenos Aires, la cantidad de flúor en el agua es insuficiente, por lo que se debería suplementar con flúor el agua potable. Lamentablemente, aunque existe una ley que obliga a hacerlo, el agua no está fluorada actualmente ni en CABA ni en provincia de Buenos Aires.
Caries muy tempranas
Se estima que el 17% de los niños de 1 año presentan caries en el mundo, lo que puede atribuirse a una alimentación inadecuada pero, sobre todo, a la presencia de bacterias malsanas que dañan el esmalte dental. La prevalencia de caries es mayor en los países de bajos y medianos ingresos y, en general, en las poblaciones socioeconómicamente desfavorecidas.
Según un reciente consenso de expertos internacionales publicado en la revista Nature, cuando hay caries muy tempranas es preciso atender al microbioma de la boca, es decir, el equilibrio entre las bacterias “buenas” y “malas” que habitan la cavidad oral.
En niños se suelen utilizar tópicos con flúor cada 3 a 6 meses. También existen selladores para aplicar en molares de chicos y adultos que tienen riesgo moderado o alto de sufrir caries. Se están desarrollando distintos tipos de biomateriales, geles y resinas para aplicarlos como anticaries preventivos, pero todavía no existe un producto que permita evitar totalmente las caries.
Por el momento, se recomienda evitar todo lo azucarado –incluida la miel, los caramelos, los postres y los jugos artificiales- en bebés e infantes, y comenzar la educación en salud bucal con la mujer embarazada.
El control periódico –cada 3 a 6 meses a partir de la salida del primer diente- y el uso de flúor en el agua bebible o la crema dental son medidas básicas para cuidar la dentadura de los chicos y su salud a futuro.
En niños menores de 3 años, se debe usar pasta dental fluorada dos veces por día, en un tamaño menor a un grano de arroz. Para los mayores de 3 años, la porción de dentífríco no debe superar al tamaño de una arveja.
En los bebés, hay que usar una gasa suave después de comer para limpiarle las encías. Cuando salen los primeros dientes, el cepillado deben hacerlo los padres colocándose detrás de la cabeza del hijo. Al crecer, se les puede enseñar a usar un cepillo de cabeza redonda e hilos suaves.
“El 95% de las personas ha tenido una caries en su vida”, subraya la odontóloga Masoli. Aunque las caries –junto con las enfermedades de las encías- son la enfermedad infecciosa más prevalente de la cavidad bucal, pueden ser prevenidas mayormente con medidas básicas de higiene.
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