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Desorientados: objetivos económicos sin plan

planEl Presidente de la Nación cree que se puede llegar a buen puerto sin Presupuesto y sin explicitar su estrategia de gobierno

Opinando San Nicolás google news

Tiempos aciagos vivimos los argentinos, el espíritu está atormentado porque día a día pareciera que se ve desaparecer las ansias de progreso y lucha que anidaba en quienes nos antecedieron en la vida.

Nos convertimos en una sociedad confundida a la que la anomia, el abandono y la desidia le dan identidad. La acumulación de calamidades padecidas y sufridas que hoy se acrecentaron con la pandemia ciega el pensamiento e inhibe y bloquea el accionar, perdimos la voluntad, todo resulta indistinto.

Mientras tanto, los problemas se acumulan, desordenadamente y sin planificación se cree que se están afrontando los mismos acertadamente, pero nada más alejado de la realidad, este equivocado proceder está arrojando a la Argentina al abismo.

Los problemas se acumulan, desordenadamente y sin planificación se cree que se están afrontando los mismos acertadamente, pero nada más alejado de la realidad, este equivocado proceder está arrojando a la Argentina al abismo
El manejo de la cuarentena hoy está bajo un severo análisis porque lo largo de su extensión en el tiempo está cuestionada por la ausencia de una acertada previsión y contención económica-social que está provocando un calamitoso derrumbe.

Para completar y dar contexto a este sombrío panorama y profundizar este estado anímico, el Presidente hace declaraciones con convicción y firmeza que se contradicen con anteriores afirmaciones suyas que son totalmente contrapuestas.

Por otra parte, la ausencia de liderazgo en la conducción del gobierno se evidencia en las marchas y contramarchas motivadas por un poder subyacente que no se puede consolidar por la resistencia y rechazo de más del 70% de la opinión pública.

Ahora el Presidente dialogó con el diario británico Financial Times que junto con el estadounidense The Wall Street Journal, son dos de los periódicos de temas económicos más importantes e influyentes del mundo, y hace declaraciones que merecen ser analizadas, a saber:

  • “Francamente, no creo en los planes económicos. Creo en los objetivos que nos podemos fijar y trabajar para conseguirlos”. Plan no es teoría, es propósito, proyecto, idea, rumbo, lo opuesto es improvisar, es incertidumbre, los capitales para invertir requieren certidumbre y lo que hoy necesita la Argentina son capitales que inviertan para desarrollarse.
  • “Objetivos”. Esos son fines, propósitos metas. Pregunta: ¿Cómo piensa Alberto Fernández y su gabinete de ministros lograr objetivos si no tiene plan? ¿Improvisando? ¿Prueba y error? Por otra parte quien “conduce” debe de guiar, dirigir para ello debe dar confianza y certeza a quienes conduce. Nuevamente, la pregunta: ¿Cómo piensa lograrlo: sin plan y con repetidas y constantes contradicciones?

¿Cómo piensa Alberto Fernández y su gabinete de ministros lograr objetivos si no tiene plan? ¿Improvisando? ¿Prueba y error?

  • “El país tiene una Vaca Viva en el campo para impulsar la exportación de bienes con valor agregado”. ¿Cómo se entiende esto cuando el campo y las economías regionales son castigadas con retenciones que desalientan la producción?
  • “Soy la persona más pragmática que existe” ¿Cómo conjuga el pragmatismo que es quien da primacía al aspecto práctico de las cosas cuando la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y gran parte de su gabinete son dogmáticos que consideran sus opiniones verdades indiscutibles? Es decir, tienen posiciones divergentes y antagónicas. Pregunta ¿No le parece Presidente que el pragmatismo le indica a usted que debe ser más claro en sus propósitos para lograr su objetivo que es pedirle a un pueblo que lo siga? ¡Cuando debe dirigir y conducir a un pueblo confundido, desorientado, castigado, pobre y con compromisos reales y ciertos que lo agobian, pero que no le dio un voto en blanco!

Presidente para grandes sectores mayoritarios de la sociedad su imagen fue y es la de una persona en la que prima el sentido común y la buena fe. Ahora bien, honestamente ¿Cree usted claros y concordantes su accionar con sus dichos, y si así lo cree no le parece que para lograr sus objetivos debería ser más explícito?

El autor es presidente IADER

Fuente
Infobae

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