MÚSICA

Yamir Antiman, el rapper que graba desde la Unidad 41 de Campana

El músico, rapero y poeta, comparte desde una cárcel bonaerense la música que produce con un celular, y afirma que su deseo es ayudar a que "otros encuentren en el arte la libertad".

Opinando San Nicolás google news

Yamir Antiman tiene 33 años y lleva muchos detenido en diferentes penales de la provincia de Buenos Aires. Desde hace un tiempo, Yamir Antiman está construyendo una impactante obra musical desde el encierro. Publica sus videos de trap y rap, de reggaetón, de cumbia, en YouTube que los graba en el celular.

El músico oriundo de Boulogne, en el partido bonaerense de San Isidro, compartió su historia con la música y el origen de esas primeras sesiones con las que llamó la atención del líder de Damas Gratis y se dio a conocer como un poeta que busca ser una bandera y “contagiar con su música a todos los pabellones” del país, desde donde recibe saludos en sus redes sociales y cosecha el principal núcleo de seguidores que se extiende hacia afuera de los muros por la zona norte de la provincia.

Desde un penal de máxima seguridad en Campana, donde a partir de la llegada de la pandemia y de pagar el precio de no poder seguir recibiendo visitas, fue recompensado con el uso de un celular: su principal instrumento y herramienta para la producción musical con la que empezó a secuenciar sus primeros ritmos y a expresarse con “sentimientos puros y sinceros” para hacerle frente a la incertidumbre que reinaba entre los internos por el riesgo de que el coronavirus se propagara por las cárceles: “Estábamos a una decisión de hacer una locura y de tener una matanza adentro”.

“Pensábamos que los policías iban a ser los autores de que entre el virus a la cárcel. Se vivía en un clima así, todo el tiempo, todo el día y a toda hora”, narró el rapero sobre aquellas sensaciones que lo llevaron a inventarse una terapia basada en la música y la escritura para ayudar a liberar el “impacto de la pandemia en la consciencia y en la vida real que se vivía en aquellos momentos de locura y euforia cuando no sabíamos si iba a haber un motín, o si nos íbamos a matar entre todos”.

Fue así como Antiman, relacionado desde siempre con la música y con familiares músicos como su papá folklorista y una hermana cantante que había colaborado con Leo Mattioli- es que se inspiró a seguir sus pasos: así nació su primera incursión en el género urbano, con la salida de su debut discográfico “Vida” y por el que sufriera el castigo y el “verdugueo” del sistema penitenciario por haber filmado el video de “No tengo contrato” en el Pabellón 4 junto a otros presos.

“Lo único que hacía era escuchar música y empezar a destrabarme con la escritura, tratando de no ver noticieros y sin querer enterarme de lo que pasaba afuera del pabellón. Y empecé a meter mano y a depositar toda mi energía en la música que fue el único remedio que encontré para distraerme. Me metí adentro del celular, con una aplicación que secuencia ritmos, grabando las voces con el micrófono del teléfono en mi celda que había acustizado con frazadas”, narró.

Viene publicando temas de trap, reggaetón, cumbia, melódicos: videos en YouTube y un mixtape de 18 canciones llamado Vida, disponible en Spotify desde septiembre del año pasado. Eso no lo hace el primer cantante argentino en grabar un disco desde un penal –en 2012 lo hizo el rapero Matías “el Cuatro” Escobar, preso por dispararle a un policía–, pero sí el primero en convertirse en artista en el encierro, con relatos y una puesta que evocan el rap político original y el malianteo portorriqueño, mientras él con 33 años encarna fragmentos de toda la historia nacional.

Los números suben orgánicamente. Tres videos hacen la diferencia por ahora, con 690,275 vistas en su cuenta de youtube. Escuchas interactúan desde La Carcova, La Cava, Pacheco, Isidro Casanova, partidos de Villegas, Tigre, La Matanza y más, algunas provincias y hasta Belgrano en CABA: Yamir siempre pregunta desde dónde lo escuchan.

Estan en la mira- single lanzado el dia viernes 13 de Agosto con la colaboracion de Gonzalo Nawel

En las esquinas de los barrios más humildes del partido de San Martín suena cada vez más fuerte el rap-trap alternativo que nace de las entrañas de una cárcel de máxima seguridad. Allí está detenido Yamir Antiman (33), reconocido entre sus pares por sus cuantiosos robos en Europa. En su celda del pabellón 11 de la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana escribe sus canciones, canta bajo un acolchado para mejorar la acústica y edita sus propios videoclips con la ayuda de una productora independiente.

“Recibo mensajes constantemente”, dice Yamir, y enumera: “De todo San Martín, Villa Hidalgo, La Cárcova, Purita, Maipú y Villa La Rana. Pero también me escriben de Fuerte Apache, la 1.11.14 y la 21/24 de Barracas; de Lomas de Zamora, La Plata, San Miguel, Mar del Plata, La Matanza, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán y la provincia de Santa Fe”.  

En Argentina, los principales exponentes del género son Zamaray autoproclamado el Rey o el Jefe del malianteo y L-Gante el creador de la cumbia 420 La gran diferencia con Yamir es que Zamaray y L-Gante interpretan a un personaje ficticio. Y Yamir, como los principales referentes puertorriqueños, habla desde la vivencia personal.

“Mis letras revelan cosas muy íntimas. Hablan de mi vida, pero también de las injusticias, de mis errores e incluso también de mis parejas. El público sabe que yo hablo con la verdad. Me escuchan porque lo que digo son cosas que les pasaron, que el pibe vivió. Y además, son cosas que seguirán pasando. Lo que intento es abrirle los ojos”, dice Yamir, y agrega que su música tiene algunas cosas de Calle 13.  “La canción que me inspiró a escribir ‘Jamás me veras morir’ es una de Calle 13 -cuenta -. Me gusta la manera de cantar y la personalidad de René. A mí me deja un gran ejemplo”. 

Yamir no reniega de su pasado y realza sus raíces musicales: su papá, por ejemplo, es folclorista. Reconoce como figuras destacadas en su vida a Horacio Guarany y Carlos Ramón Fernández, sobre todo porque muchas de sus canciones hablan de la misma problemática social que él plantea en sus letras. 

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