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Uso dermatológico del plasma rico en plaquetas: ¿La nueva fuente de la juventud?

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Comenzó como una técnica para curar heridas quirúrgicas con mayor rapidez y se convirtió en una moda cosmética, que se ofrece tanto para la calvicie como para las arrugas. ¿Cuánto efecto real tiene el plasma rico en plaquetas -o PRP, según sus siglas- y cuánto de mito y negocio hay por detrás?

¿Cómo actúa el PRP?

Basado en el poder de reparación de ciertas proteínas de la sangre, el plasma rico en plaquetas se obtiene a partir de la sangre del propio paciente, por lo que no genera reacciones adversas. El procedimiento consiste, básicamente, en extraer entre 10 y 25 ml de sangre y centrifugarla hasta obtener un concentrado de plaquetas, las células que participan en la coagulación y la regeneración de los tejidos. Con el agregado de un anticoagulante al plasma, el concentrado se mantiene líquido hasta el momento de usarlo. Al inyectarlo de nuevo al paciente, se liberan factores de crecimiento celular que recuperan la vitalidad de los tejidos dañados o envejecidos. O eso, al menos, es lo que se dice en las campañas de marketing.

Al principio, en la década del 70 del siglo pasado, esta técnica se utilizaba en Cirugía Plástica y Reparadora y en Odontología, para ayudar a los tejidos a cicatrizar rápidamente. Más recientemente, se la aplicó en Traumatología con éxito, para reparar tendones de Aquiles inflamados y rodillas artríticas. En estas aplicaciones, el plasma rico en plaquetas cuenta con sólida evidencia científica de su eficacia. En cambio, su uso en Dermatología es más incierto. Algunos estudios preliminares respaldan su capacidad de regenerar el cabello, pero su beneficio a la hora de eliminar arrugas y marcas de acné está aún por demostrarse científicamente.

Furor y precauciones

Tradicionalmente, el plasma rico en plaquetas debía usarse en forma rápida y activarse con ciertas sustancias para tener efecto reparador. Hoy ya se ofrecen algunos preparados tópicos que no requieren activación y pueden usarse en consultorios dermatológicos sin mayores preocupaciones. Pero mientras los primeros suelen tener beneficios demostrables, los segundos se confunden con otros tratamientos de dudosa eficacia y alto costo que se ofrecen en “paquetes” de cirugía cosmética.

La Asociación de Dermatología de Estados Unidos advierte que aún no existen evidencias de que el PRP funcione en este campo de la Medicina. Aunque reconoce el furor actual por utilizarlo, ya que parece darle a la piel de algunas personas una mayor tonicidad y frescura. De no más de una hora de duración, el procedimiento sólo produce algo de dolor y enrojecimiento de la piel durante pocos días. Algunos dermatólogos combinan al PRP con láser o ácido hialurónico para potenciar sus efectos en la piel, especialmente en personas que tienen marcas residuales de acné. Sin embargo, los resultados de los estudios son hasta ahora inconsistentes.

Aunque no se sabe exactamente cuánto plasma es necesario inyectar ni cuántas veces hacerlo para cada tipo de problema, en general los dermatólogos indican el procedimiento tres veces por año. Los resultados, aseguran, pueden durar unos 18 meses. Es fundamental que la sangre se mantenga en condiciones de esterilidad antes de ser reinyectada. Además de que el paciente reciba su propia sangre, no la de otro, subrayan los especialistas.

Efectos del plasma rico en plaquetas en la piel

Las plaquetas o trombocitos son derivados de células de la sangre que responden inmediatamente tras una herida o ruptura de un tejido. Se adhieren y “agregan” en las paredes de los vasos sanguíneos para iniciar la formación de un coágulo que detenga la salida de sangre. Las plaquetas contienen gránulos o vesículas que almacenan proteínas (factores de crecimiento) que promueven la cicatrización y la producción y el depósito de colágeno. También generan señales químicas que ponen en marcha respuestas inmunológicas.

Las plaquetas se producen en la médula ósea, tienen una vida de entre 7 y 10 días, y circulan normalmente por la sangre en un número determinado (entre 150.000 y 400.000 plaquetas por microlitro de sangre). Si hay pocas, pueden generarse moretones fácilmente o hemorragias. Si hay muchas, pueden formarse trombos que taponen la circulación y den origen a infartos o accidentes cerebrovasculares. Para funcionar, las plaquetas tienen que ser “activadas” por otras sustancias. De este modo generan un cambio de su forma y promueven la liberación de factores de crecimiento y de reparación del tejido conectivo.

En el caso del PRP, se busca una alta concentración de plaquetas (dos o tres veces el recuento normal, aproximadamente 1 millón de plaquetas por ml) que actúen a nivel superficial de la piel, estimulando en lugares precisos la producción de colágeno por parte de los fibroblastos, la generación de vasos sanguíneos y el depósito de grasa, lo que otorga un aspecto firme y rejuvenecido a la piel.

En caso de alopecía (calvicie) se busca que el PRP estimule a los folículos pilosos con su cóctel de factores de crecimiento. No obstante, los especialistas advierten que los resultados dependen de cada persona y de las causas de la caída del cabello, además del protocolo de preparación del plasma.

Actualmente se ofrecen muchos tratamientos con kits de centrifugación comerciales que no cuentan con aprobación sanitaria. Como sea, la terapia con PRP debe ser realizada siempre por dermatólogos certificados. Por otro lado, está contraindicada en pacientes con cánceres de la sangre, hepatitis o HIV.

Fuente
Pensar Salud

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