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Retos de seguridad en la digitalización de historias clínicas: ¿Protección garantizada?

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En un paso significativo hacia la modernización de la atención médica, el Decreto 393/2023, publicado en el Boletín Oficial el 31 de julio, reglamenta la Ley 27.706 de Argentina. Esta ley, aprobada en febrero, establece el ambicioso Programa Federal Único de Informatización y Digitalización de Historias Clínicas de la República Argentina. Esta iniciativa busca crear un sistema electrónico para registrar datos médicos de los pacientes desde su nacimiento hasta su fallecimiento, abarcando toda intervención realizada por profesionales y auxiliares de salud en el país.

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La historia clínica digital contendrá una gama diversa de información, como registros de vacunación, estudios médicos, procedimientos aceptados o abandonados, prescripciones dietéticas, protocolos quirúrgicos e indicaciones médicas. Este cambio reemplazará el formato en papel, permitiendo un acceso ágil y seguro para centros de salud y profesionales en todo el país, además de los propios pacientes, titulares únicos de los datos.

El rol del Ministerio de Salud es esencial en esta implementación, ya que deberá colaborar con municipios y provincias para asegurar la adaptación de hospitales, clínicas y consultorios al nuevo sistema. Además, se encargará de capacitar al personal médico en la plataforma y proporcionar asistencia técnica y financiera para su ejecución.

A pesar de los avances, surgen interrogantes críticas en torno a la protección de estas historias clínicas. La responsabilidad de salvaguardar estos datos recae en los establecimientos de salud, tanto públicos como privados, y en los profesionales médicos. Ellos deberán garantizar la confidencialidad, integridad y seguridad de estas historias, tomando medidas para prevenir el acceso no autorizado.

Sin embargo, la seguridad en la digitalización de historias clínicas enfrenta desafíos considerables. El aumento del acceso digital y los múltiples usuarios plantean un riesgo, exacerbado por la falta de conciencia en ciberseguridad. El incremento en ciberataques al sector público argentino y el reciente ataque de ransomware al Pami, que encriptó la información y exigió rescate, subrayan estas vulnerabilidades.

La naturaleza sensible de la información clínica requiere niveles máximos de seguridad. Aunque la digitalización promete eficiencia, el escepticismo persiste en cuanto a su invulnerabilidad. Ante esta encrucijada, la ciberseguridad se vuelve tan esencial como la propia implementación de este sistema.

La historia clínica de cada individuo es un tesoro delicado y personal. Su salvaguardia es un desafío monumental en un mundo digital expuesto a amenazas. A medida que la transformación avanza, el camino hacia la protección completa parece estar forjado por la lucha constante contra los ciberataques y el compromiso de mantener la integridad de los datos médicos más íntimos.

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