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El Impacto de la comida chatarra en la salud mental

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Durante años, se ha conocido que la comida chatarra aumenta el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Sin embargo, investigaciones recientes están arrojando más luz sobre los efectos de los alimentos ultraprocesados en la salud mental.

¿Pueden causar depresión?

Los alimentos ultraprocesados (AUP) son productos sometidos a numerosos procesos industriales y contienen ingredientes artificiales y aditivos en cantidades significativas. Hamburguesas congeladas, refrescos, snacks, nuggets de pollo, galletitas, barritas de cereales y postres lácteos entran en esta categoría. Estos productos suelen tener altas concentraciones de azúcares, grasas y sodio, lo que los hace destacar por sus etiquetas con octógonos negros según la ley de etiquetado frontal.

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Además de ser un factor de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles, lo que puede sorprender a algunos es que también pueden aumentar el riesgo de padecer depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. Los científicos están evaluando varias hipótesis sobre por qué esto ocurre.

Deficiencias nutricionales que afectan al cerebro

Los alimentos ultraprocesados pueden tener un impacto evidente en nuestro cerebro, ya que a menudo carecen de nutrientes esenciales para las funciones cerebrales y la regulación del estado de ánimo, como las vitaminas B, los ácidos grasos omega-3 y los antioxidantes. Una dieta basada en gran parte en alimentos ultraprocesados puede llevar a una deficiencia de estos nutrientes.

Además, estos alimentos pueden fomentar patrones alimentarios perjudiciales, como atracones y la adicción a la comida, debido a su palatabilidad y rápida absorción, lo que dificulta sentir saciedad.

Más efectos en la salud mental relacionados con la comida chatarra

Varios estudios sugieren que una dieta rica en alimentos ultraprocesados podría tener un impacto negativo en el estado de ánimo. En 2022, un estudio en EE.UU. analizó la relación entre la dieta y los estados emocionales en más de 10,000 personas adultas.

Descubrieron que aquellos con el consumo más alto de alimentos ultraprocesados tenían más probabilidades de informar depresión leve, más días de mala salud mental y más días de ansiedad al mes. Esta correlación se mantuvo incluso después de considerar otras variables. Por ejemplo, las personas cuya dieta estaba compuesta en un 60% o más por alimentos ultraprocesados tenían 1.8 veces más probabilidades de experimentar depresión leve. En EE.UU., el 60% de la dieta promedio de la población consiste en estos productos. En Argentina, un estudio reciente encontró que los ultraprocesados representan el 35% de la dieta de los niños. El mismo estudio reveló que a medida que aumentaba la cantidad de estos productos en la dieta, las personas informaban menos “cero” días de mala salud mental.

Aunque esta correlación no establece una relación de causa y efecto, los investigadores creen que podría deberse a fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre causadas por el exceso de azúcares y grasas poco saludables en estos alimentos, lo que podría influir en el equilibrio emocional y la energía.

Microbioma intestinal y salud mental

Existe una estrecha conexión entre el intestino y el cerebro, ya que el sistema nervioso del estómago se comunica con el cerebro a través de diversas vías. Una dieta rica en alimentos ultraprocesados y baja en fibra puede alterar negativamente la composición de la microbiota intestinal, afectando esta conexión nerviosa y, en última instancia, el estado de ánimo y la función cognitiva.

La fibra promueve la producción de microorganismos beneficiosos y se descompone en ácidos grasos de cadena corta, que desempeñan un papel clave en la función cerebral. Además, los aditivos presentes en los alimentos ultraprocesados, como edulcorantes y emulsionantes, también pueden afectar la microbiota.

Un desequilibrio en la microbiota intestinal puede influir en la síntesis de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”, ya que cerca del 90% de esta sustancia se produce en el intestino.

Deterioro cognitivo debido a los ultraprocesados

Los efectos negativos de la comida chatarra en la salud mental también se han observado en un estudio de 2022 realizado en Brasil. Este estudio, con más de 10,000 participantes, encontró una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el deterioro cognitivo. Las personas que obtenían más del 20% de sus calorías diarias de estos alimentos experimentaban un declive en su capacidad cognitiva un 28% más temprano que aquellos que consumían menos del 20% de estos productos. Además, el deterioro de la función ejecutiva se aceleró un 25% entre aquellos que consumían grandes cantidades de alimentos ultraprocesados.

Los autores del estudio aún no tienen una explicación definitiva para esta correlación, pero una posible hipótesis es que el alto consumo de alimentos ultraprocesados podría causar eventos isquémicos o pequeños derrames cerebrales que, con el tiempo, podrían afectar la función cognitiva. Planean verificar esta idea con imágenes cerebrales de los voluntarios.

En resumen, la relación entre los alimentos ultraprocesados y la salud mental es compleja y se necesita más investigación para comprender completamente cómo estos alimentos pueden afectar nuestro bienestar emocional y cognitivo.

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