Mosquitos resisten al frío y pican más fuerte: ¿hasta cuándo estarán en San Nicolás?
En medio del frío que se ha instalado en San Nicolás, sorprendentemente, los mosquitos siguen siendo una presencia molesta. ¿De dónde han salido y cómo es que logran sobrevivir sin el calor característico?. ¿Hasta cuándo estarán en la ciudad?.
Carlos Tasinato, director de Vectores de la Municipalidad de Rosario, explicó que estos insectos persistentes son aedes albifasciatus. “No tienen nada que hacer en la ciudad, los trajo el viento del sur y se irán cuando haya varios días seguidos con baja temperatura“, afirmó.
Coexistiendo con el aedes egiptys, transmisor del dengue, y el culex, los albifasciatus aparecieron en San Nicolás en los últimos días y se han hecho notar por su insistencia y ferocidad. “Pican más fuerte”, admitió Tasitano, explicando que “están habituados a picar ganado, por eso se siente más la picadura”.
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Según Tasinato, este tipo de mosquito generalmente vive en zonas suburbanas y llegó a la ciudad llevado por los vientos. “No tiene nada que hacer en la ciudad”, observó, y confió en que una seguidilla de días de otoño fuerte los sacará de juego.
El director de Vectores confirmó la presencia en San Nicolás del aedes albifasciatus, una especie que resiste el frío. “Es una de las especies que predominan en nuestro país y Sudamérica, pero no significa que estaremos lidiando con mosquitos todo el invierno, al contrario”, dijo. “Estos primeros fríos no son suficientes para reducir la población. Quizás necesitemos entre 5 o 6 días más de frío para que empiece a notarse la disminución de esta población”, indicó.
¿El aedes albifasciatus transmite Dengue?
El Aedes albifasciatus, también conocido como “mosquito charquero”, es una especie que ha captado la atención en Argentina debido a su amplia distribución y a las recientes precipitaciones que aumentaron su actividad. A diferencia del Aedes aegypti, este mosquito no transmite enfermedades como el dengue, zika o chikungunya, pero representa otros riesgos para la salud.
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Entre el 10 y el 20 de marzo pasado, las lluvias en el este de Argentina fueron extraordinarias, con anomalías de más de 250 milímetros en algunas regiones, según el Servicio Meteorológico Nacional. Estas lluvias pueden dar lugar a un aumento en las poblaciones de mosquitos Aedes albifasciatus.
Las hembras de este mosquito depositan sus huevos en suelos húmedos en áreas propensas a inundaciones. Cuando llueve, estos charcos temporales se llenan de agua y las larvas eclosionan. Si las lluvias son abundantes y generalizadas, como ocurrió recientemente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), se produce un aumento significativo en la población de estos mosquitos.
La Dra. Sylvia Fischer, del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la UBA y el CONICET, señaló que esta temporada se ha observado una abundancia excepcionalmente alta y prolongada de Aedes albifasciatus en el AMBA, algo inusual en los últimos 25 años. Esta proliferación está asociada con las lluvias intensas y prolongadas, que sincronizan el ciclo de vida de estos mosquitos, resultando en picos de actividad.
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Picaduras
Las picaduras de Aedes albifasciatus son más agresivas y dolorosas que las de otros mosquitos, debido a que sus individuos son más torpes y suelen alimentarse de mamíferos con cueros más gruesos que los humanos.
Aunque este mosquito no transmite enfermedades como el dengue o el zika, sí puede transmitir el virus de la encefalomielitis equina del Oeste a animales y personas. En Argentina, se ha detectado un resurgimiento de esta infección, con más de 1.472 brotes en equinos y 98 casos en humanos desde diciembre pasado.
El Dr. Adrián Díaz, del Instituto de Virología Dr. José María Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba, advierte sobre el riesgo para la salud humana debido a las picaduras de este mosquito y la posibilidad de transmisión del virus de la encefalomielitis equina del Oeste en entornos rurales.
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Para protegerse contra los mosquitos, se recomienda el uso de repelentes autorizados por la ANMAT, que contienen sustancias activas como DEET, IR3535 e icaridina. En ausencia de repelentes comerciales, se puede recurrir a espirales en interiores y cubrir el cuerpo con ropa adecuada al estar al aire libre.
La Dra. Romina Barrozo del CONICET y la UBA destaca la importancia de desmitificar creencias sin base científica, como el uso de esencia de vainilla como repelente o la quema de cartones de huevos, ya que estas prácticas no han demostrado ser efectivas y pueden ser potencialmente peligrosas.
